Julio 29

La amistad con Dios viene a través de nuestra consciencia de la Presencia de Dios en todas partes. Y así nos hacemos amigos de cada ser, cada partícula del universo, cada aspecto y rayo de la gran gloria de Dios. Vivimos en un campo de luz de perfección y en las demostraciones más asombrosas y matices coloridos de esa creación. Experimentamos la continuidad de la creación que todavía está ocurriendo, sonando y manifestándose de muchas formas hermosas. Experimentar la cocreación con Dios es realmente entrar en la creación misma, en los procesos creativos mediante los cuales combinamos la energía de nuestro ser con todo lo que es, mediante lo cual nos convertimos en parte de ella y ella se convierte en parte de nosotros.

La eternidad de Dios es algo que no se puede describir en términos humanos. Tiene que ser experimentada; hay que sentirla. La sentimos y experimentamos cuando estamos enamorados, cuando vivimos como seres amorosos. Entramos en los procesos creativos de Dios a través del portal del amor; porque el amor es el medio por el cual tenemos una comunión continua con nuestro Creador, con la fuente de todo amor y luz. Cuando nos subsumimos en este estado del ser a través del amor, entonces la sanación verdadera se manifiesta y la unidad y la totalidad existen.