Ves representada en la naturaleza la inmaculada concepción de Dios como Madre en la forma. Las representaciones multifacéticas de la belleza en la flora y la fauna —en flores, vegetales, minerales— son obra de la mente de Dios imaginando la bonanza de su gracia. Donde ves la abundancia reflejada en la Tierra, ahí está la llama de la Madre. Donde hay una degradación de su luz, se ve el desierto y la destrucción y la abismal vibración de la degeneración en los barrios bajos y otras áreas que resulta de la negligencia y la ignorancia.

Cuando se conoce a la Madre Divina y se enciende la corona de la sabiduría dentro de sus hijos, una conciencia de la edad de oro puede reinar una vez más".