Diciembre 15

La vida es preciosa. Cada uno de ustedes tiene esa vida que late en su corazón como la Presencia de Dios con ustedes, como el Espíritu de Dios, que les permite manifestar la consciencia, el conocimiento y les permite moverse en ese Espíritu para cumplir con el propósito de su vida.

Hay un tiempo para cada estación y una estación en cada ciclo divino de luz para la realización de una corriente de vida. No saben cuándo serán llamados a casa. Y, sin embargo, el Señor, que da y recibe amorosamente su Espíritu, emana su Presencia y luego un día recibe la Presencia de cada uno de ustedes de vuelta a él en la alquimia de la totalidad.

No teman que permanecerán como seres espirituales en los planos superiores del ser cuando hagan su transición, cuando cumplan su misión en la vida y caiga la arena en el reloj de arena. Porque todo estará bien cuando su tiempo llegue, siempre que hayan ennoblecido el Espíritu de Dios en su interior, que hayan dejado fluir el tierno cuidado de la presencia amorosa a través de su corazón y que hayan alimentado ese Espíritu dentro de ustedes mismos y dentro de otros para la gloria de Dios y para el cumplimiento de su voluntad, sabiduría y amor.